Domingo
día 7 de diciembre de 2014. Actividad en casa de David Corral Pérez.
Crónica
de observación.
Muy
seguro estoy que la mayoría de aficionados a la astronomía dirían que es una
barbaridad salir a observar en noches de Luna casi llena (97%). Para nosotros
no es la primera vez, y para ello
tenemos en cuenta varios factores: mucho tiempo sin salir, una noche con seeing
bueno o muy bueno, no tener que trabajar al día siguiente, estreno de algunos
accesorios y sobre todo que el programa de observación sólo contempla
planetaria, estrellas dobles y algún cúmulo lejos de la zona deslumbrante de la
Luna.
La
noche del 7 al 8 de Diciembre reunía
dichos factores y preparamos unos cuantos objetos.
Al
comienzo el seeing no pasaba de cuatro, habiendo zonas muy buenas en contra de
otras que se vieron afectadas por las corrientes de humo de algunas chimeneas
cercanas, pero a medida que avanzaba la noche fue mejorando hasta el punto que
cuando terminamos la sesión a 2º bajo cero sobre las dos de la madrugada, el
seeing era perfecto, Sirio, a pesar de su baja altura estaba quieta como un clavo, como pocas veces
la he visto.
EQUIPO:
Telescopio
reflector Celestron N-200 sobre montura CG5 con función goto.
Telescopio
Takahashi TSA 102mm sobre montura EQ6 PRO con función goto.
Varios
oculares siendo los principales para este tipo de observación los LV de Vixen.
La
primera estrella doble –sorpresa, triple – que observamos fue la Iota de Casiopea catalogada como STF 262. David buscó en su página
preferida de estrellas múltiples, “Dobles
por constelaciones” y me la recomendó. Se trata de la triple más famosa de
la constelación y no es para menos, espectacular. En la posición 02h 29m +67º 24’, la iota de Casiopea tiene una magnitud
conjunta de 4,5, cuesta observarla a simple vista en cielos urbanos, mucho más
con la presencia de la Luna. A bajo aumento se presenta como una doble de
componentes amarillas de magnitudes 4,5
y 8,5 a 7,3” y ángulo de posición de
115º. Cambiamos de ocular para llegar al menos a 100 aumentos y hacia el suroeste
con ángulo de posición 230º aparece un chispazo de luz a 2,5” de de la
primaria. Apreciamos que su color es
naranja o amarillo más fuerte. Cuando llevas mucho tiempo sin asomarte
por el ocular, los cuerpos celestes se presentan cargados de una magia especial
capaz de sobreponerse a cualquier emoción. Esta estrella triple no pasa
desapercibida para los amantes a las dobles, sin embargo necesita una buena
dosis de aumentos en instrumentos pequeños.
STF 262, vista telescópica
STF 716.-En la posición 5h 29m +25º 09’
se encuentra otra triple no menos
vistosa pero quizás más complicada por
la presencia de la Luna.
Esta
vez en la constelación del toro a once grados de la Luna,
pudimos separar bien las dos componentes
A y B de magnitudes 5,83 y 6,63 a 4,4” de separación con ángulo de
posición 208º, la C de magnitud 12 muy alejada -140,6”- del par principal no
fue posible observarla con el refractor de 102mm pero sí con el reflector de 20
cm de David. Las vemos de color blanco y azul.
STF 479.-En la constelación del Toro
también encontramos otra bonita triple (fue la noche de las triples) de componentes
generosamente más separadas y por tanto más facilonas. La localizamos en la
posición 4h 00m56,81s +23º 12’05,7’’. Las componentes A y B son de magnitudes
6,92 y 7,76 a 7,4” de separación con ángulo de posición 127º. La componente C
de magnitud 9,45 es localizada sin dificultad a 58,3” hacia el suroeste con ángulo de posición 241º.
STF 479, vista telescópica
STF 383
De
nuevo una bonita pareja en el Toro, de componentes bastante débiles pero no
imposibles para pequeños instrumentos, la localizamos en la posición 03h 24,2m
+17º 33’. La primaria de magnitud 8,5 y la secundaria de la 9,5 a 5,6” de
separación y ángulo de posición 120º. Se
desdobla perfectamente con ocular de 9mm pero la mejor imagen se obtiene con
6mm. Una bonita zona con ocular de gran campo –utilicé un Omegón de 100º de
campo aparente- que ofrece una sensación de profundidad casi tridimensional, y en el centro dos
diminutos astros que parece quieran unirse.
Y
de paso en la zona del Toro, no debemos ignorar el famoso cúmulo abierto de Las Híades. Ahora que están de moda los
aculares de gran campo, resulta una gozada echar un vistazo al campo cercano a
la famosa estrella gigante naranja Aldebarán
–alfa Tauri-. Allí se encuentra un grupo de estrellas muy brillantes que van de
la magnitud 4 a la 6 de colores blanco,
amarillo y naranja cuya imagen en el ocular sorprende a cualquiera.
STT 514
En
la constelación de Andrómeda, posición 00h 04,6m +42º 06’, encontramos
esta bonita doble muy complicada por la
de magnitudes. La primaria de la 6,2 solapa a la secundaria de la 9,6 a 5,2” de separación. Sin duda A deslumbra a B
que aparece hacia el norte como un breve
chispazo de luz que quiere
apagarse. Tras varias pruebas con varios oculares, la mejor imagen la obtengo
con el LV de 10mm muy pegadas pero bien definidas. Imposible distinguir sus
colores.
STT 514, vista telescópica
SIRIO B
Por
último, mi compañero David instaló su cámara de auto guiado Luna QHY 5 mono en el reflector para
corroborar que las pruebas de detección de Sirio B que obtuvo el pasado
invierno fueron correctas. En efecto, la enana blanca que orbita a la brillante
Sirio A es posible con un reflector de 200mm. En principio la vimos en visual,
es cierta su dificultad, a lo que añadimos que sin una vista muy aguda y un
buen seeing será imposible si no es con instrumentos de al menos 40cm. Sirio B
es una estrella enana blanca que orbita
a Sirio A en 50 años, actualmente se dirige
hacia el apoastro o punto de máximo alejamiento al que llegará en 2025 aproximadamente. En
aquellas futuras fechas será asequible a los modernos equipos de observación
cada vez más finos en la detección de objetos débiles.
Imagen
del sistema doble de Sirio, obtenida por
David Corral y Ramón Sobrino la noche del 7 al 8 de diciembre de 2014.
Sirio B es el
puntito a la derecha en el centro de la imagen
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